MARCHAR
Entre más comprendo la
realidad con este bicho, más me preocupo por los que más amo, supongo que es
normal con tan trágico panorama, pero lo que más me afecta es la incertidumbre
de no saber si mis seres queridos estarán bien por lo que resta de la pandemia
o al menos hasta la vacuna. Ahora he vuelto a marchar de mi hogar, a seguir mis
sueños en medio del caos de esta sociedad, entre mala cultura y mal gobierno. Ahora
estando lejos de casa siento un agujero negro en el pecho. En mi nueva cueva
solo hay silencio y extraño el ruido característico de mis días en el pueblo,
los ladridos de mi perro, los regaños de mi madre, las risas de mis hermanos y
los chistes malos de mi padre. Ahora sentado en este escritorio entre mis
pensamientos valoro tanto el tiempo en familia, aun más que muchas otras
partidas y tal vez porque también me estoy haciendo viejo.
-H David
Fajardo Muñoz.
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